jueves, 28 de mayo de 2015

Hector Rojas Herazo


Colombia.com A las 5:00 de la tarde del pasado jueves 11 de abril, un ataque cardiaco le quito la vida a Héctor Rojas Herazo, un hombre de 81 años que decidió invertir su talento escribiendo y pintando cuadros que le entregaran a su pueblo colombiano una opción distinta de diversión.

Apasionado por la cultura, este hijo del caribe –que nació en Tolú, Sucre en 1921- le dejó a los amantes de la literatura varias obras entre las que se destacan sus novelas “En noviembre llega el arzobispo” y “Celia se pudre”.

Rojas Herazo estaba delicado de salud desde hacía diez años, según su hija Patricia, una de las personas más allegadas a él, "lo que más lo afectó fue la muerte de mi madre, hace ocho meses. Llevaban 52 años de matrimonio. Esto fue definitivo. Desde entonces, se fue consumiendo".

El “maestro” como lo llamaban con respecto en el medio, muere cuando la tercera edición de su novel cumbre “Celia se pudre”, está en marcha y cuando la Universidad de Antioquia se prepara para publicar una selección de su obra periodística en un libro que titulará “Periodismo esencial”.

Rojas Herazo era un hombre inquieto, amante de la lectura y la pintura, que temía a las alturas, odiaba el toreo y no soportaba las flores de plástico, pero amaba los papeles que rodaban por las graderías de los estadios
Su vida profesional fue más que interesante. Se inició como dibujante en su pueblo y escribió poemas en su adolescencia. A los 21 años empezó a interesarse por el periodismo y empezó a trabajar como columnista esporádico del periódico El Heraldo de Barranquilla. La experiencia le quedó gustando y decidió escribir entonces para El Relator, de Cali, después vino la revista 



Sábado de Bogotá y en La Prensa, de Barranquilla.

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